Chile, Islas de Chiloé

Viaje a una isla del sur de Chile

Al sur de Chile y del Océano Pacífico, se encuentra el archipiélago de Chiloé. En este conjunto de islas existe una pequeñita y poco nombrada: Lin Lin. La profesión más común allí es dedicarse a la industria del salmón, para una gran empresa, en los criaderos. Antes pescaban, hoy crían en jaulas debajo del mar.

muelle achao chile pablocaminante - Chile, Islas de Chiloé

Pueblito de Achao

La paz es absoluta, paz. El azul del mar, azul. Mar. Lo sobrevuelo con la mirada y veo mi cuerpo zambullirse desde el celeste cielo atravesando el agua. Esas ideas me acercan inocentemente hasta el navío bamboleante atado al muelle. El capitán del barco me mira extrañado, con los ojos entrecerrados por la fuerte luminosidad atrapada en el aire de la costa. ¿A dónde va?,pregunto. // A Lin Lin // ¿Está bueno, hay algo? // Campo.

Me conforma la respuesta, subo al barco y arreglamos un precio. En el trayecto puedo apreciar los volcanes diferenciándose de las montañas cerradas.

vocan chiloe pablocaminante - Chile, Islas de Chiloé
Volcán visto desde la embarcación

Tras atracar con facilidad en el muelle de Lin Lin me despido y rápidamente me interno en la isla. Inconscientemente busco esconderme por un rato. Me doy cuenta que mi presencia allí no pasará desapercibida para los lugareños, por lo que sin quererlo, bajo la excusa de la curiosidad, me meto por el primer camino, pegado a la iglesia

Lin Lin

Hay manzanos en abundancia. Copas de árboles llenas de frutos rojos colgados sobre troncos estancados en los jardines, ocultando tras de sí las casas. El barco volvía a la isla dentro de cuatro días, así que mis próximas 96 horas serían si o si en Lin Lin. Consciente del peligro, no sé cuál pero alguno me inventé, camino desconfiado, a la defensiva, sin evidenciarlo, atento, por las dudas. Igual no aparece nadie. El aire está limpio, el sol brilla, el lugar tan agradable

El terreno empieza a subir y el camino desemboca en el cerco de una casa. Desde allí viene Manuel Millán, 40 años, pescador en Punta Arenas seis meses al año, hijo de Isolina Millán Millán en Lin Lin los otros seis meses. Soy descubierto. Mezcla de reserva y alegría siento. Manuel MiIllán me pregunta quién soy. //Soy Pablo, soy uruguayo, de Montevideo, vine a visitar // Bueno, quédate en casa, ella es mi madre. Nosotros ahora volvemos, podí pasar.

Desconfío de lo que oigo. No puedo evitar sentir una especie de complot en tan sencilla conversación. «Pero qué complot si ni siquiera me esperaban, no”.

-Puedo acampar en el jardín.

Manuel insiste levemente en que me quede adentro pero su esfuerzo es inútil. Armo la carpa bajo la atenta mirada de dos sorprendidos lugareños que allí estaban, al lado del galpón de Manuel Millán, tomando chicha de manzana.

Una horas más tarde, acompaño a Manuel al almacén de Luis donde soy presentado ante los que allí estaban. Tomamos cerveza y fumamos cigarros. Me convidan con un exceso de amabilidad jamás experimentado. Ya me tocó aprender a fiarme de la benevolencia extrema de la gente. Luis, el almacenero, pregunta a uno de sus hijos allí presente, unos años menor que yo.

–  ¿Tu te irías a Montevideo, así sin saber nada, ni conocer a nadie?

El muchacho abre los ojos y responde negativamente.

Nosotros estamos agradecidos y nos sentimos honrados con tu visita. Nadie ha venido así a Lin Lin, menos de otro país, nadie.

Un «chilote»

Desperté lo más tarde posible. Quizás por respeto esperé a que Manuel e Isolina lo hicieran primero, sin alterarlos. Me invitan a desayunar y luego ayudo a Manuel a cortar leña al son de Radio Nahuel Chiloé.

Luego dimos un paseo por la isla, una cerveza que al terminar Manuel tira en el verde suelo sin complejos ambientales, hablamos del salmón, tan abundante pero en peligro, de la vida de Manuel, de la mía. Yo pregunto cosas sobre los mitos de Chiloé, «pura fábulas», responde él.

araucaria arbol chile pablocaminante - Chile, Islas de Chiloé
Araucaria, el pino patagónico, de gran valor cultural en la zona, al lado de una palmera

Manuel me comenta que luego del almuerzo hay que pintar la tumba del hermano para prepararla para “la novena”. La Novena es un rito de conmemoración para recordar al fallecido. Empieza nueve noches antes del aniversario de muerte en las cuales se come, se bebe y se reza. La familia del fallecido se encarga de organizar la novena en la que participa toda la comunidad. Siento un compromiso importante y algo de extrañeza al pensar que yo, un total desconocido, debo apoyar el pincel sobre esa tumba que luego será observada por todos. Al fin llegamos a la casa e Isolina tenía la comida pronta.

El cementerio era magia. No lo había visto el día anterior, frente a la iglesia, en la playa. El cuidador trae una cerveza y a trabajar. “Vos que tenés mano fina hacés los bordes con el negro, yo pinto de blanco” me dice Manuel. Nervios. “No puedo fallar, no quiero fallarle”.

Cerveza de por medio, el trabajo fue un éxito y hasta dio para un paseo por la playa y jugar con unos niños.

VIDEOVIAJE: JUGANDO CON LOS NIÑOS

A la noche ceno con Manuel e Isolina mirando la telenovela “¿ Dónde está Elisa?”. Una serie dramática, llena de envidia, ira, dinero, ambición y maldad urbana. En ese momento no entiendo el interés de Manuel e Isolina por esas vidas tan dispares que se les muestra en la televisión. “Lo fantástico de lo ajeno lejano”.

Curanto

El tercer día la tarea fue pintar el barco de Luis. La embarcación debía estar sana para proveer el almacén y la isla.

Después de eso soy invitado a comer curanto, el plato típico de Chiloé. Se trata de vegetales, algo de carne y moluscos cocinados en un pozo en la tierra sobre piedras calientes y bajo las gruesas hojas de pangue. Para eso se hace un fuego que al consumirse deja caliente las piedras. Luego le ponen los alimentos encima y los tapan con las hojas. Allí empieza la cocción. En este caso por comodidad no fue en un pozo, sino en un medio tanque, tal cual se lo hacen para ellos mismos hoy en día.

Después de la degustación de curanto vamos al cumpleaños del hermano mayor de Luis. El hombre es reacio a mi visita, a la  cámara de fotos y a todo lo que viniera de mí. Tras comer algo de cordero, jugar con los niños de la playa que resultaron hijos del cumpleañero, éste se enfada y empieza a mostrar su desagrado frente a mi presencia. Manuel y Luis me defienden levemente pero entendiendo que es mejor que me vaya.

Me quedo fuera de la casa y al rato salen Manuel y Luis. Me explican que el cumpleañero fue estafado por un gringo y que desde esa vez no le gusta ninguno. «Bueno, algún día se le pasará el rencor» pensé. Recordé que bajo su punto de vista, soy un gringo. La noche siguió con chicha de manzana y cerveza, bajo las estrellas, deambulando por la isla y pensando proyectos turísticos con Manuel y Luis.

No recuerdo cuantos días más estuve en Lin Lin pero debí partir antes de la novena. Me fui en la barca que me trajo, sabiendo de haber conocido una gente a la que aún hoy considero “una joya de la humanidad”.

lin lin chiloe pablocaminante - Chile, Islas de Chiloé

2 Comments on “Chile, Islas de Chiloé”

  1. Hermosas imagines me remonto a mi infancia de cuando fui con mi abuelita a conocer donde nació ella !! Yo de buenos aires argentina felicitaciones pablo!!

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