Tercer capítulo del viaje por el país Dogon rodando el documental «El Canto de los Dioses». Hemos pasado unos días en el pueblo natal de nuestro guía y amigo Djibril Kassogué. Ahora seguiremos camino para bajar a los pies de la cadena de acantilados de Bandiagara, refugio de la etnia Dogon desde hace varios siglos. Continuamos por la ruta que une dos grandes ciudades, Bandiagara y Bankass, al tiempo que conecta además varios pueblos arriba y debajo las grandes rocas.
Se nota que el Djibi está contento, que ama este lugar. Desde Sevaré trajo bastante ropa y otras cosas para la gente de los pueblos. El mismo dijo antes de salir «no puedo ir al pueblo sin llevar nada«.
Una vez a los pies de los Acantilados de Bandiagara llegamos al pueblo de Kani Kombolé. La imagen de su mezquita de barro es un shock de emoción. La sensación es increíble, nueva. Siento grandeza en lo que veo, arte, genialidad, voluntad humana, pasión.
Seguimos recorriendo las arenas en paralelo a la gran muralla. Los trillos se bifurcan cada tanto y Djibril va indicando por cuál seguir. Nos dirigimos hacia Kani Bozon, considerado el primer pueblo Dogon sobre los Acantilados de Bandiagara. Lugar de asentamiento de aquel grupo de personas que durante el siglo XIV decidió abandonar el islamizado Imperio Mandinga, llamado también Mandén, para preservar sus creencias animistas. Habían escuchado hablar de un rincón con montañas y bosque dónde podrían mantener sus tradiciones, su identidad, su cultura. La presencia de la mezquita significa que el Islam llegó a Bandiagara y hoy varios habitantes se declaran de religión musulmana aunque conservan los rituales animistas.
Dejamos a Luma, nuestra camioneta/casa bajo un árbol y comenzamos la subida. Cada tanto giro la cabeza para mirar el paisaje que por la época del año hoy se ve seco. De veras que este lugar es como un refugio que te despierta una sensación de ser parte del mundo, de esta naturaleza que te rodea, del todo, de AMA.
MITO DE ORIGEN DE KANI BOZON
Una vez llegados a la cima nos acomodamos alrededor de un gran baobab y Djibril nos dice que es considerado el primer baobab. Bajo éste árbol se asentaron esas ocho personas llegadas desde el Mandén, el Imperio de Malí, fundadoras ancestrales de Kani Bozon.
Hermandad con la etnia Bozó
Cuenta el Djibi que durante la peregrinación desde el Imperio Mandinga hasta Kani Bozon pasaron por el Río Níger y allí se encontraron con la etnia pescadora Bozó. Un día no hubo pesca y al ver el hambre que estaban pasando los migrantes, decidieron cortar sus propios muslos para darles de comer a los Dogon. Luego éstos vieron que sangraban las piernas de sus anfitriones y al preguntarles qué sucedía los Bozó reconocieron el sacrificio que habían hecho. Fue así que se volvieron etnias Hermanas, lo que implica el juramento de no agredirse ni casarse entre sí. Tampoco pueden asistir a funerales ni ver sangre del otro.
¿La razón de estas reglas? Difícil de saber. Quizás se trata de preservar la cultura propia, la mezcla o combinación hace que ambas se vayan diluyendo en otra cosa, algo así como ¿mantener las diferencias que los unieron?
Siguiendo la estrella SIRIO llegaron hasta aquí, siendo éste el árbol que por su sombra dio cobijo a, quizás por caprichos de la numerología mitológica, esos ocho ancestros. Hoy, ocho cuadrados delimitados con piedras alrededor del Baobab representan el lugar donde dormía cada uno, una, de esos ancestros. Con su fruto hicieron jugo que ponen en la crema de mijo, con sus hojas, salsa para la harina de mijo y con su corteza, cuerdas. Dentro de él guardaban sus armas y herramientas. Nadie tiene derecho a cortar un baobab.
«Le courage de rester» (el coraje de quedarse)
Hacemos una visita al pueblo. Se nota que Kani Bozon está mucho más aislado que Djiguibombó. Su alta ubicación hace la vida bastante difícil. Como casi todo pueblo lejano de cualquier país, su población parece consistir en ancianos y niños. Nos cuentan el gran problema que tienen y es el acceso al agua, la cual consiguen en los pozos que hay abajo. Comentamos que en el Consulado de Malí en Nouakchott, varias fotos de los Dogon están expuestas como uno de los atractivos principales del país. Sin embargo, la presencia del estado en esta región es prácticamente nula nos dicen. Djibril nos cuenta que mucha gente se ha ido para vivir abajo o en otros pueblos. Hoy el quedarse implica mucha valentía y deseos de que no desaparezca este pueblo tan importante para la historia Dogon.
TELLEM
No estaban solos los ancestros cuando llegaron al Primer Baobab. En la ladera del murallón se encontraba el pueblo TELLEM. Seres humanos de corta estatura, también llamados Trogloditas o Pigmeos. Los Telem, cazadores, dejaron a los Dogon instalarse con ellos, o cerca. Se dice que éste pueblo podía hablar con los animales y con el DJENI, la voz de AMMA. Poseían un fuerte y desarrollado espíritu.
Bajamos de Kani Bozon para dirigirnos entonces hacia TELÍ, antigua vivienda de la sociedad Tellem desde hace 5.000 años. Se siente PAZ gracias a la belleza de paisaje y el saludo alegre de la gente mientras que atravesamos ruidosamente sus pueblos.
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